Policarpa Salavarrieta Ríos (San Miguel de Guaduas, Colombia, 26 de enero de 1796 – Bogotá, 14 de noviembre de 1817), más conocida como “La Pola”, fue una heroína de la independencia de Colombia. Espió para las fuerzas criollas durante la Reconquista española, arriesgando su vida para servir como enlace, mensajera y reclutadora de jóvenes para el ejército patriota. Su figura es recordada como símbolo de valentía y resistencia frente a la opresión.

Es una de las pocas mujeres a las que se les reconoce haber participado activamente en los procesos de independencia en América Latina. Junto a Águeda Gallardo, se considera una de las principales próceres femeninas de la independencia de Colombia.

Siendo apenas una adolescente, Policarpa participó en los movimientos que acompañaron el Grito de Independencia del 20 de julio de 1810. Años después, se entregó de lleno a la causa patriota, colaborando con el ejército de los Llanos. Actuaba como espía dentro de Santafé, transmitiendo información clave, consiguiendo armas y textiles para uniformes, y convenciendo a jóvenes de sumarse a la causa libertadora.

Su labor fue tan decisiva que se convirtió en un elemento indispensable para la insurgencia patriota. Trabajaba en conjunto con su hermano Bibiano y con su compañero sentimental, Alejo Sabaraín. Sin embargo, tras la captura de los hermanos Almeyda por las autoridades realistas, fueron hallados documentos que revelaban la participación de la Pola en labores de espionaje. Algunos historiadores sostienen que también fue delatada. Fue arrestada, sometida a juicio y condenada a muerte por el Consejo de Guerra junto con Sabaraín y otros insurgentes.